jueves, 21 de abril de 2011

"El Imán del Sentir"


Supongo que todos llevamos dentro ese animal que nos mueve por los mundos del placer...

Inconscientemente búscamos en cada lugar conexiones que nos llenen todos los vacíos que tenemos, buscamos en los demás lo que en soledad no puede ser cubierto, ansiamos la locura del deseo y a la misma vez intentamos que quede en secreto. A veces es ese miedo a la crítica el que nos reprime ante nuestros verdaderos deseos, otras es la cobardía la que nos deja paralizados, pero a pesar de todo lo que nos reprime nuestro verdadero "Yo" siempre grita en rebeldía, recordándonos nuestros deseos, nuestras fantasías y hasta que punto queremos llegar.

Nuestra propia naturaleza nos hace temer la soledad, quizás aún no hemos aprendido las maravillas que nos podemos ofrecer nosotros mismos; negándonos a esta ansiamos el calor el ajeno, necesitamos el tacto de la suavidad, nos alimentamos de personas, nos extasiamos con su locura...

Maquillamos nuestra propia realidad con la ternura que nos envuelve cuando nos desplazamos al mundo del amor, a veces solo nos basta con ser abrazados durantes un momento eterno para llenar ese vacío que a veces tanto nos duele, otras utilizamos el mismo sexo para evadirnos de la máscara que tanto nos pesa en nuestras rutinas, otras lo convertimos en la evasión de una realidad que logra llevarnos a las tinieblas...

Miles de formas de utilizar el contacto, miles de formas de refugiarnos en él, pero siempre existe ese imán invisible que hace que no nos podemos resistir a su fuerza. Las conexiones ya sean carnales o de sentimientos mueven nuestros hilos, a veces nos mueven como marionetas sin voluntad que se ven incapaces de controlar sus propios movimientos...

¿Entenderemos algún día las razones que nos hacen perder la cordura por lo ajeno? ¿Podremos algún controlar todo lo que es capaz de destruirnos? ¿Aprenderemos algún día a sentir sin que al hacerlo se desencadenen consecuencias negativas?

...y es ese sentir lo que buscamos, eso es lo que necesitamos, lo ansíamos más que a la propia vida, lo que sentimos es lo que realemente nos mantiene vivos...

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