jueves, 21 de abril de 2011

Mi Primera Vez



Para comenzar a hablar de sexo, ¿por qué no empezar por el principio?
Nuestros comienzos, los miedos y la encantadora curiosidad de la adolescencia, porque a todos nos ha pasado, todos hemos sufrido el miedo, el deseo y el pudor de ese paso tan importante.
Aquí os presento mi historia personal, cuando conocí a mi primer amor.
Juntos descubrimos en el primer año los entresijos de nuestros cuerpos y los placeres de las caricias sin llegar a satisfacer ese deseo con el que ardíamos del todo. Tuvo que pasar un año para entregarnos a ese delicioso placer que es el sexo.
Hasta el último detalle estuvo planeado para el gran día, un baile erótico de danza oriental, velitas en la habitación para crear un ambiente romántico y hasta los jueguecitos previos se repasaban una y otra vez en mi cabeza.
Siguiendo con el guión nos fuimos a su habitación y comenzamos a besarnos, los primeros besos fueron tímidos, nerviosos por saber lo que nos esperaba después.
Los besos tímidos dieron paso a unos besos más pasionales, aumentando el ritmo y la intensidad y comenzaron los besos y mordiscos por el cuello. Llegados a ese punto los besos se quedaban cortos para lo que sentíamos en ese momento y comencé a quitarle la ropa. Yo apenas necesitaba quitarme nada ya que el vestido constaba de un sujetador, un cinturón y unas faldas hechas de tiras de gasas rosas que dejaban al descubierto mis piernas. Hicimos las caricias más intensas y profundas recorriendo nuestro cuerpo con las manos y la boca, centrándonos en los genitales…
Pero no todo sale como esperamos y en este caso yo no iba a ser menos, mi primera vez se puede definir como una Grandísima Mierda.
No penséis que estoy siendo exagerada ni mucho menos, el baile con los nervios me salió horrible, no me acordaba de los pasos y en ocasiones me quedaba en blanco y no me movía, para colmo el pobre chico sufrió un problema… digamos que el “problema” no llegó a levantarse por mucho que lo intenté.
Para esos momentos hay una variedad de frases típicas como “no te preocupes, cariño”, “tranquilo, no pasa nada” o quizás “otro día lo intentamos” cosas que tuve que decir para que se sintiera mejor, frases que no se parecían en nada a las gritaban en mi cabeza “vaya mierda, y ahora me quedo yo con un calentón de caballo” o “al menos que el chico se porte y me haga un favorcillo ahí abajo”
Aún así fue mi primera vez y aunque no salga como planeamos ese momento es especial por ser el primero y con la persona a la que quieres, así que si vuestra primera vez no os ha salido bien, hay que volver a repetir.

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