lunes, 8 de agosto de 2011

"Noche Mágica" 2ª PARTE (Aviso: Contenido erótico)

Fue una noche llena de todo, llena de ternura, me dió más en unas horas que la suma de muchas noches en el pasado...
Con forme el tiempo transcurría esa ternura se amansó, nunca se fue por completo pero se convirtió en un deseo incontrolable, necesitaba ver su torso, necesitaba ver su cuerpo desnudo sobre el mío, terminé quitándole la camiseta, cuando lo hice no podía dejar de admirarle, me quedé paralizada, ¿era cierta tanta belleza? Le puse las manos en su pecho, su fibra me enloquecía pero su calidez me hacía temblar.
Él me quitó la mía unos minutos después, hizo lo mismo, me miraba, me tocaba. (En ese momento estábamos de pie, me había cogido en peso, sentía el roce de "eso" contra lo "mío" me volvía loca sentir su dureza), me tumbó en la cama, se puso sobre mí, me tenía, entonces comenzó a besarme, me dió cientos de besos, me besaba en el cuello, bajó, empezó a besarme la barriga, me besaba el piercing, me besaba mi tatuaje como si fuese real, me daba besos en las piernas, los brazos, las manos, besó cada rincón de mi cuerpo.
El deseo crecía, me volvió a tomar en peso y terminó poniéndome contra el armario, cada vez me enloquecía más, cuando estaba contra el armario me dí la vuelta lentamente y me puse dándole la espalda, me cogió los brazos y me los inmovilizó, después pegó su cuerpo contra el mío (podía sentirlo), me presionaba y cuanto más lo hacía más sentía esa locura, me besaba el cuello, sentía su pecho en mi espalda, sentía su miembro, sólo necesitaba que me rozara, perdiamos el control...
Cuando me tenía contra el armario noté sus manos recorriéndo mi espalda, bajó, me acarició la barriga y volvió a bajar, notaba sus manos tan cerca del límite... metió sus manos por mi pantalón corto, las sacó lentamente, acarició mis muslos y subió, me acarició las hingles hasta que sus manos pasarón el límite, las noté acariciándome, y después sentí sus dedos dentro de mí, no podía soportar tanto placer, quería arrancar el armario con mis dedos, mis movimientos eran involutarios, después paró y tuve un poco de calma.
Supongo que estábamos perdiendo el control, dejimos de calmarnos un poco antes de que se nos fuese de las manos. Me dijo que ni siquiera se había traido "protección" porque "teóricamente" no podía pasar lo que estaba pasando, (lo que no le dije era que si yo tenía preservativos guardados en mi habitación).
Nos calmamos un poco, simplemente nos quedamos abrazados sin hacer nada pero supongo que la atracción nos volvía a unir. Él estaba acostado, me puse encima y empecé a besarle el pecho, bajé y le besé su preciosa barriguita llena de abdominales hasta que sin darme cuenta bajaba demasiado, mi "animal" interior me pedía a gritos bajar más pero tenía que controlarme. Lo intenté pero no pude, terminé desabrochándole el botón del pantalón, y después terminé quitándoselo, y sin darme cuenta estaba totalmente desnudo, admiré su perfección, admiré lo magnifico que era, ya no recordaba como me impresionó la primera vez que le tuve entre mis brazos y volví a sorprenderme.
Estaba ante mí, necesitaba besarle, necesitaba tocarle, volví a besarle desde la frente, parándome unos segundos en los labios y bajando hasta su ombligo hasta que el descontrol me hizo bajar demasiado, no pude evitarlo, lo hice, mi juventud me pedía ser carnal a pesar de todo lo que hay en mi mente, me encantó sentir esa sensación, me gustaba sentirla en mi boca, su tacto me enloquecía, su roce con  mi lengua me descontrolaba aún más de lo que ya estaba...
Era inevitable, ya no podía, le dije que si tenía preservativos, me pidió que lo cogiera, lo cogí, se lo puso y terminamos haciéndolo.
Me acostó en la cama, con cuidado se puso encima de mí, me besó con ternura y sentí como se introducía en mí, lo notaba demasiado (supongo que el tamaño acompaña =P), sentía como se movía, como acariciaba mi interior, me enloquecía, le apretaba con fuerza, apretaba su fuerte espalda, me seguía descontrolando, cambiamos, me levanté, me puso contra la pared, no podía verle, solo sentirle, cuando giraba la cabeza para ver lo que tenía detrás enloquecía, fue increible, luego me cogió en peso, sin sacarla de mi interior, se sentó en la cama y yo me quedé sentada sobre él, ahora me tocaba a mí llevar el ritmo, no me cansaba, solo disfrutaba, como nunca había disfrutado del sexo; luego se tumbó y yo me quedé encima, dándole la espalda, sentía que podía hacer cualquier cosa, miles de cambios, un sin fin de posturas...
Terminamos justo como habíamos empezado, como más me gusta sentir, él encima mía, veía su descontrol, me seguía volviendo loca, el ritmo se incrementaba, cada vez lo sentía más, solo quería gritar y no podía, seguía, era impresionante, hasta que explotamos, me ruborizó, explotó dentro de mí, se acercó lentamente a mi boca y me besó, me abrazó, volvió la ternura; Le pregunté:
- ¿Estás bien?
Me dedicó una sonrisa y me respondió con un dulce beso en los labios.

                                                                CONTINUARÁ....

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